La relación con nuestra madre es el primer vínculo que establecemos en la vida y es la base de nuestra percepción del mundo, nuestra autoestima y nuestra manera de relacionarnos con los demás. Desde el enfoque de Bert Hellinger y las Constelaciones Familiares, comprendemos que esta conexión va más allá de lo consciente: se trata de un lazo sistémico profundo que influye en todas las áreas de nuestra existencia, incluyendo nuestra salud física y emocional.
Entendemos que nuestra identidad no es solo individual, sino que forma parte de un sistema familiar que influye en nuestras dinámicas internas. Además, la relación con nuestra madre se refleja en nuestro cuerpo, afectado nuestra postura, nuestra energía y nuestra capacidad para habitar nuestro propio espacio.
En este artículo, exploraremos cómo esta relación impacta nuestra vida y cómo podemos sanar el vínculo con nuestra madre para mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con nuestro cuerpo.

La Relación con la Madre desde las Constelaciones Familiares
Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, sostiene que la madre representa la vida misma . Es quien nos da la existencia y, a través de ella, recibimos no solo la nutrición física, sino también la emocional y espiritual. Cuando hay conflictos o bloqueos en la relación con nuestra madre, experimentamos dificultades en diversas áreas de la vida:
- Problemas en las relaciones de pareja.
- Dificultades para recibir amor y apoyo.
- Bloqueos en la prosperidad y el éxito profesional.
- Sensación de vacío o desconexión con la vida.
Los Órdenes del Amor y la Relación con la Madre
Los principios sistémicos que rigen las dinámicas familiares. En relación con la madre, algunos de estos principios clave hijo:
- Tomar a la madre tal como es : No podemos cambiar a nuestra madre ni juzgarla por lo que hizo o dejó de hacer. Sanar significa aceptarla plenamente.
- El derecho a la pertenencia : Todos los miembros de la familia tienen un lugar. Si excluimos o rechazamos a nuestra madre, nos desconectamos de una parte de nosotros mismos.
- El equilibrio entre el dar y el recibir : Un hijo no puede «dar» a la madre lo que ella no pudo darle; solo puede recibir la vida tal como llegó.
Cuando resistimos a nuestra madre, sin darnos cuenta, estamos resistiendo la vida misma. Aceptarla nos permite fluir con mayor armonía.
La Relación con la Madre desde la Teoría Sistémica
Desde la teoría sistémica , entendemos que nuestra identidad está intrínsecamente conectada con nuestro sistema familiar. Cada miembro influye en el otro, y muchas veces cargamos lealtades invisibles con nuestra madre que pueden manifestarse en nuestros propios bloqueos.
Patrones Sistémicos que Reflejan un Conflicto con la Madre
- Repetición de su historia : Si nuestra madre sufrió abandono o carencias, podríamos estar repitiendo esas mismas experiencias en nuestras relaciones.
- Exceso de responsabilidad : A veces tomamos el papel de «madre de nuestra madre», queriendo salvarla o cuidarla más allá de nuestro rol natural. Esto nos agota y nos desconecta de nuestro propio camino.
- Rechazo o distanciamiento : Si hemos experimentado dolor con nuestra madre, podremos rechazarla emocionalmente, lo que se traduce en dificultad para recibir amor o apoyo en la vida adulta.
El primer paso para transformar a estos patrones es hacernos conscientes de ellos y permitirnos honrar a nuestra madre sin juicios ni reproches.

La Relación con la Madre y el Cuerpo
La bioenergética , desarrollada por Alexander Lowen, nos ayuda a comprender cómo las emociones no expresadas se quedan atrapadas en nuestro cuerpo. La relación con nuestra madre no solo es un lazo emocional, sino que también se manifiesta evidentemente en nuestra postura, nuestra respiración y nuestra energía vital.
Cómo la Relación con la Madre Afecta el Cuerpo
- Tensión en el pecho y el diafragma : Si sentimos que no recibimos suficiente amor de nuestra madre, podemos desarrollar una respiración superficial y bloqueos en el área del pecho.
- Problemas en el sistema digestivo : La relación con la madre está vinculada al proceso de nutrición. Si hubo rechazo o dificultades en la infancia, esto puede manifestarse en problemas digestivos o de alimentación.
- Postura encorvada : Si llevamos una carga emocional no resuelta con nuestra madre, podemos adoptar una postura encorvada, como si estuviéramos protegiéndonos del mundo.
Ejercicio para Sanar la Relación con la Madre
- Encuentra un espacio tranquilo y colócate de pie con los pies bien plantados en el suelo.
- Cierra los ojos y respira profundamente, sintiendo cómo el aire entra y sale de tu cuerpo.
- Visualiza a tu madre frente a ti . Obsérvala sin juicios.
- Coloca una mano en tu corazón y otra en tu vientre . Repita en voz baja: «Mamá, te veo y te honro. Gracias por darme la vida».
- Permítete sentir cualquier emoción que surja. Si necesitas llorar, permite que las lágrimas fluyan.
- Termina con una respiración profunda , sintiendo cómo la energía de la vida fluye en ti.
Este ejercicio ayuda a liberar bloqueos emocionales ya reconectar con la madre desde un lugar de aceptación.
Sanando la Relación con la Madre para Sanar el Propio Cuerpo
Cuando sanamos nuestra relación con la madre, experimentamos cambios profundos en nuestra conexión con nuestro cuerpo.
Beneficios de Sanar el Vínculo con la Madre
- Mayor autoestima: Al aceptar a nuestra madre, nos aceptamos a nosotros mismos.
- Más energía vital: Liberamos tensiones y recuperamos el flujo natural de la vida.
- Relaciones más sanas: Dejamos de proyectar carencias maternas en nuestras relaciones.
- Bienestar físico: Reducimos los síntomas psicosomáticos relacionados con el estrés y la falta de amor propio.
Sanar la relación con la madre no significa justificar o idealizar, sino reconocer lo que fue y permitirnos tomar la vida sin resistencia

Conclusión
Nuestra relación con la madre es el reflejo más profundo de nuestra conexión con la vida. A través de las Constelaciones Familiares , comprendemos que este vínculo no solo es emocional, sino que se manifiesta en nuestro cuerpo, nuestras relaciones y nuestra capacidad para recibir la vida plenamente.
Sanar esta relación es un acto de amor hacia nosotros mismos. Es reconocer que, sin importar las circunstancias, nuestra madre fue el canal a través del cual llegamos al mundo. Al honrarla, nos honramos a nosotros mismos.
Si sientes que este artículo resonó contigo, te invitamos a reflexionar sobre tu relación con tu madre y cómo se manifiesta en tu cuerpo. El primer paso hacia la sanación es la conciencia. ¡Ábrete a recibir la vida con gratitud y amor!
Lilian Aya Ramírez
Terapeuta Sistémica & Consteladora Familiar