Decir que los órdenes del amor son solo los principios que rigen las constelaciones familiares, es una apreciación simple e intrascendente. Bert Hellinger creador de la herramienta, identificó tres pilares fundamentales que rigen la vida, las relaciones dentro y fuera del ámbito familiar y el éxito. Si logras mirar con mayor amplitud estos órdenes es probable que puedas sintonizar rápidamente con ellos y comenzar a vivir en libertad.
Particularmente, considero que estos órdenes del amor fungen como unas líneas gruesas de una verdadera filosofía de vida.
Te invito a entrar en una energía de relajación, amplitud, comodidad y equilibrio. En este momento, imagina a tus mejores amigos alrededor pregúntate ¿a quién no le gusta sentir qué ocupa un lugar y un propósito? ¿Qué se es especial para alguien? ¿Hay una sensación qué despierte más placer y alegría qué sentirse parte de algo, de ser compensado? Es decir, vivir con un equilibrio entre lo que das y recibes.
Estos son los principios que abordaremos en este artículo, así que mucha atención para que puedas aplicar a tu propio proceso de crecimiento personal.
Derecho de pertenencia
Primer principio «Derecho de pertenecía». Los seres humanos en general sentimos la necesidad de pertenecer a un grupo, una comunidad o a sostener una estrecha interrelación con el otro. Esa primera unidad social al que se desea consciente o inconscientemente pertenecer es la familia.
Es allí donde aprendemos las pautas de comportamiento, a relacionarnos con el mundo “exterior” donde se satisfacen o no las necesidades socioemocionales. Sin embargo, la familia va más allá de mamá y papá, también están los abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y muchos miembros más.
Los conocidos y los que ya partieron todos tienen un grado de influencia en ti hoy.
Cuando, un miembro del sistema por las razones que sean “justificadas” o no, es excluido del sistema familiar, se genera dolor, vacío y desequilibrio.
Razones de la exclusión
de un miembro del sistema
Existe una amplia gama de motivos por los que un miembro del sistema es excluido. Puede ser por muertes prematura o trágica que causaron dolor y no se quiere recordar, por participar en actividades ilícitas e ilegales, por hacerlo (a) responsable de la pobreza, el hambre en un hogar, por conductas “inapropiadas” como alcoholismo, farmacodependencia, prostitución, abortos o violencia. Otras razones son las opciones diferentes por ejemplo la homosexualidad, estudiar una carrera distinta a la que quería la familia, mezclar razas o estatus. Como puedes observar se excluye no sólo a personas, sino situaciones, circunstancias o secretos.
En fin, puede y de hecho existen tantas casusas como tipos de familias hay en el mundo.
Probablemente pienses, pero… dentro de todo es normal, a nadie le gustar hablar de aquel tío que se quitó la vida, o de los abortos que decidió una abuela realizarse o del padre que abusó de su hija más pequeña. Nada más alejado de la realidad que estar anclado en asuntos del pasado.
Sin embargo, para poder sanar y vivir en total libertad, sin el temor de repetir los patrones de los sistemas familiares es necesario elegir el reconocimiento e integración de esa persona como un miembro del sistema, en condiciones de igualdad, tolerancia, compasión y sin juicio.
Entender que todos somos humanos, cometemos errores y lo que sea que haya hecho lo hizo en sintonía con lo que su nivel de consciencia, sus miedos y su experiencia le permitió hacer.
Esta elección es lo que evita que generaciones posteriores puedan enredarse en repetir patrones poco saludables, que inconscientemente sientan la necesidad de reivindicar a ese miembro de la familia que fue excluido.
Este principio nos invita a evitar los juicios, a ser compasivos, a aceptar, reconocer y valorar lo que hicieron bueno y no tan bueno nuestros antecesores, porque de ellos también tomamos un poco, tomamos lo más valioso ¡la vida! Si podemos mirar esa historia con humildad entonces es posible separarnos y elegir un camino diferente.
Quien se atreve a negar a un miembro del sistema, equivale a negar una parte de sí mismo.
Recuerda todos los buenos, los no tan buenos, los héroes y las heroínas, los exitosos y los que fracasaron, las víctimas y los victimarios, todos absolutamente todos tienen derecho a pertenecer. Son parte de nuestra historia, es parte de tu autoconocimiento.
Ahora, nos corresponde sumergirnos en las aguas profundas del orden y la jerarquía.
Cada miembro del sistema ocupa un lugar y tiene una función
Permítanme iniciar este segundo principio con una frase de Hellinger que me llevó tiempo comprender, una vez que lo hice mi vida cambió y es… “el orden precede al amor”.
Un hijo es primero que la segunda pareja, la madre viene primero que la hija, la pareja viene primero que los hijos y así cada uno ocupa su lugar.
Han transcurrido doce años desde que me certifique como Consteladora familiar y terapeuta sistémica nivel avanzado y aún no deja de impresionarme, lo que siente un consultante cuándo puede ordenar su sistema, cuándo puede darle a cada uno el lugar que le corresponde y cuando él o ella misma puede tomar su lugar.
En la sociedad actual, solo mencionar la palabra jerarquía pone los pelos de puntas, genera conflicto, e incluso rechazo, existe una idea generalizada que lo mejor es la horizontalidad, seamos amigos de nuestros hijos, que el jefe “debe” sentarse con los empleados a tomar cerveza. No hables de “tus necesidades” porque eso te hace parecer débil y la verdad es que un padre, es un padre y su función no es ser amigo.
Te pido no me malinterpretes, una cosa es, además con la que estoy en total sintonía, tener pautas de crianzas con disciplina y amor, sostener una relación con los hijos donde haya un clima de confianza para contar sus desafíos y obtener orientación, hacerlos participes de decisiones importantes de la familia de acuerdo con su desarrollo y otra muy distinta es pretender ser amigos, como los pares del colegio.
Desde mi punto de vista, es importante esa claridad, el padre, la madre, ni que decir de los abuelos tienen más kilometraje, más horas de vuelo, más experiencia y su función es construir valores, hábitos, desarrollar las más amplias potencialidades a esos hijos para que aporten a sus vidas y a la sociedad, en algunos casos se cumplen en otros no tanto y en otro ni pensarlo, pero también esa experiencia negativa es en muchos casos el impulso para la resiliencia.
Honrar, respetar, valorar e integrar a quienes te antecedieron es clave para que vivas en equilibrio y disfrutes a plenitud la vida. Es que gracias a miembros de la familia que ni siquiera conociste, ni te logras imaginar es que hoy puedes estar aquí y ahora. Simplemente si tu padre o madre hubiese sido otro no serías el Ser maravilloso que eres.
Evita criticar, reprochar, decir a tu madre que hacer, como bajo el mando de las instrucciones, cuando ejerces este tipo de conducta dejas de ser su hija, para pretender ser la madre de tu madre, es decir tu abuela, ese no es tu lugar.
Cuando en una relación de pareja, la esposa comienza a dar instrucciones al esposo cómo si fuese su hijo, se está poniendo energéticamente en un lugar que no le corresponde, está tomando el lugar de su suegra.
También en una empresa puede darse la violación de este principio, te comento que desde la perspectiva sistémica ésta es un organismo vivo. Cuando quién la creó, la ideo y la soñó es irrespetado, traicionado, excluido o simplemente no tomado en cuenta la empresa se resiente, porque gracias a ese anterior ella existe hoy. Esta es una de las razones de que años después de haber «despedido» a Steve Job le pidieron volver a Apple. En una próxima entrega estaré hablando de las constelaciones organizacionales.
Volvamos al tema de las relaciones familiares. En una ocasión trabajé con una chica qué acostumbraba a decir que se sentía sola, su emprendimiento no lograba despegar. A través de un genograma, pude mostrarle que su creencia era del todo cuestionable y cómo la relación fracturada con su padre hacía mella en su nuevo proyecto.
Le comenté a la chica, cuya mirada se perdía como parte de un caleidoscopio, nunca estamos tan solas (os), energéticamente hablando detrás de ti esta un grupo de hombres y mujeres que pueden ser un propulsor o un peso, le comenté a esta chica. Detrás de ti están 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos y otro montón más. Proseguí que tal si de ellos tomas fuerza para llevar a cabo ese emprendimiento que tienes en mente. Cuando pudo mirar y tomar a los buenos, los no tan buenos, toda esa historia la guío en lo que tenía y no tenía que hacer. Su frase final fue “ya se que hasta los malos pueden darme el coraje que necesito para hacer lo que debo, para que esto funcione de verdad, ya no volveré a sentirme sola”.
Cada uno de ellos ocupa un lugar y ejerce una función en el sistema recuérdalo siempre.
Equilibrio entre el dar y el recibir
El flujo de la vida implica una acción de dar y un tomar para poder vivir en equilibrio, en ningún caso es un acto pasivo, dónde simplemente se espera recibir. Este es el tercer principio «Equilibrio entre el dar y el recibir»
Has conocido personas que les cuesta recibir, por ejemplo, le invitas un café y no te permiten pagar, porque desde su creencia te va a quedar debiendo algo, ¡que arrogancia y que carencia! También está el caso contrario, el que no sabe dar, porque cree que si da se queda sin nada, vez como esto es las dos caras de una misma moneda, romper con el flujo de la vida y el éxito.
Con respecto a la relación con los padres, quisiera invitarte a reflexionar lo siguiente: no hay forma de compensar la vida que tomaste o te dieron tus padres, no hay dinero, ni obsequios que puedan equiparse a la vida. ¿Cómo es esto posible? Si en líneas anteriores se planteó que en la vida todo es un dar y tomar, para poder, insisto, vivir en equilibrio. En este caso la compensación, según Hellinger no es a los padres, es a la propia vida, para lograr ese equilibrio deberás elegir bien para hacer de tu vida una verdadera experiencia extraordinaria.
Uno de los temas más recurrente tanto en el coaching, como en las sesiones de constelación familiar es el tema, pareja, me referiré en las siguientes líneas qué implica el equilibrio entre el dar y el tomar en una relación de pareja.
Una sana relación de pareja se conforma por una mujer y un hombre íntegros ¿Qué significa íntegro? Me refiero a que no están buscando un “príncipe” o “una princesa” que llene los vacíos emocionales generados en la infancia, que cada uno esté libre de la necesidad de completar, que haya sanado las lealtades familiares y en completa libertad y consciencia elija a su compañero (a) de vida, este es el espacio idóneo para que se dé este principio.
Cuando un miembro de la pareja se siente más que el otro, mejor, más fuerte, que tiene mejor salario o es más inteligente. Incluso cuando desprecia, juzga la familia de origen del otro, se rompe este equilibrio y aparece el caos.
En todo este tiempo he podido mirar cómo existen agendas ocultas en las relaciones, que terminan convirtiéndose en verdaderos campos de batalla de quién puede más, donde se pierde la empatía, el respeto, la igualdad, el compañerismo, la confianza pilares de una sana relación de parejas.
Esto sucede en muchos casos por la “terquedad” de insistir en relaciones que atentan contra los propios estilos de vida, de sus necesidades, deseos, aquí surge aquellas creencias de los padres acerca de cómo debería o no ser una relación de pareja.
De igual forma, muchas personas viven la frustración de los propios ancestros, repitiendo en sus cabezas frases que incluso se contradicen con lo que anhelan; “si te casas pierdes tu autonomía” “No te confíes porque los hombres no son honestos, siempre te van a engañar”, “busca un hombre que no esté disponible” o como una chica que constelé hace poco porque no logra tener pareja, pero a la vez me dice que a todas la parejas que ha tenido le ha sido infiel, casualmente se acercaba el día de los enamorados y publicó en su perfil un video que con un aerosol alejaba a cupido ¿Cómo pretende tener pareja con tal nivel de contradicción?
Estos son pocos ejemplos de cómo una lealtad familiar opera. El amor de pareja debe fluir sin grandes esfuerzos, debe ser cómodo, qué exista realmente una comunión y un deseo de crecer juntos. Además de un profundo sentimiento o deseo que el otro esté bien.
Yo soy Yo. Tú eres Tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas Tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Tú eres Tú. Yo soy Yo. Si en algún momento o en algún punto nos encontramos Será maravilloso. Si no, no puede remediarse. Falto de amor a Mí mismo Cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor a Ti Cuando intento que seas como yo quiero En vez de aceptarte como realmente eres. Tú eres Tú y Yo soy Yo. Fritz Perl
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Lilian Aya Ramírez Terapeuta Sistémica y Consteladora Familiar con más de una década de experiencia
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